Semana 33: Día 231: Extraño correr
He pasado muchos días sin correr, o directamente sin hacer actividad física. Pero era porque no podía, seguramente por compromisos laborales, o por estar de viaje. Ahora podría hacerme el tiempo, pero tengo que dejar que cicatrice la muela. Así que solo me queda extrañar calzarme las zapatillas y atacar la calle.
Quiero hacer las cosas bien, porque un problema con la muela y adiós correr por más tiempo todavía. Escuché de jugadores de fútbol que se acalambraban todo el tiempo y descubrieron que la causa de su problema era una caries. Así que me porto bien, hago caso a lo que dice el médico y no hago actividad física. Hasta me estoy tomando la Amoxicilina. El analgésico voy a dejarlo porque de lo contrario no tengo idea de si tengo dolor o no.
Pero ahí estoy yo, caminando tranquilamente por la ciudad, fracasando en no pasar la lengua por el agujero, cuando veo un semáforo peatonal que empieza a titilar. Entonces salgo corriendo para llegar a salvo al otro lado, y en ese ínfimo instante, siento alivio. Porque pude correr, aunque sea ocho metros. Lo hago y pienso que no me duele, que no estoy empeorando nada. Por eso hoy tomé el último calmante, para corroborar si ya puedo volver a la actividad física.
Creo que en el running nos malacostumbramos a enmascarar el dolor con ibuprofeno, y así nos perdemos de información vital para poder recuperarnos. “No todo dolor es significativo”, dice Scott Jurek, y bajo ese lema quiero vivir.
Se supone que la veda de actividad física termina mañana, así que ya estoy en condiciones de volver a las andadas. Mañana les cuento cómo es sacarse esa gana de hacer algo prohibido…
Publicado el 16 mayo, 2014 en dolor, Espartatlón III semana 33, http://schemas.google.com/blogger/2008/kind#post, muela, running. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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